domingo, 30 de mayo de 2010

PENTECOSTES


Pentecostés (del griego pentekosté (heméra) "el quincuagésimo día") describe la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua (Domingo de Resurrección) y que pone término al tiempo pascual.

Durante Pentecostés se celebra el descenso del Espíritu Santo y el inicio de la actividad de la Iglesia, por ello también se le conoce como la celebración del Espíritu Santo. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad. La liturgia incluye la secuencia medieval Veni, Sancte Spiritus.

El fondo histórico de tal celebración se basa en la fiesta semanal judía llamada Shavuot (fiesta de las semanas), durante la cual se celebra el quincuagésimo día de la aparición de Dios en el monte Sinaí, por lo tanto en el día de Pentecostés también se celebra la entrega de la Ley (mandamientos) al pueblo de Israel.

En las Iglesias ortodoxas existen además la celebración de las Tres Divinas Personas o de la Santa Trinidad; las Iglesias occidentales celebran para esta ocasión desde el siglo XIV su propia fiesta llamada Trinitatis (la fiesta de la Santísima Trinidad) una semana después del Pentecostés.

En el calendario cristiano con Pentecostés termina el tiempo pascual de los 50 días.

En las narraciones sobre Pentecostés de Hechos de los Apóstoles (2,1 - 41) se le adjudica al Espíritu Santo, en congruencia con el Antiguo Testamento, características milagrosas (carismas): él ofrece valentía y libertad, posibilita la comprensión (glosolalia) y fortifica una comunidad universal.
RESURRECCIÓN, CELEBRAMOS LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO. ESTE DÍA SE LLAMA PENTECOSTÉS.

SIGNIFICADO :DIOS ,ENVIÓ SU ESPÍRITU SOBRE LOS APÓSTOLES PARA DARLES FUERZA Y AYUDARLOS A TRANSMITIR SU MENSAJE.
CON LA LLEGADA DEL ESPÍRITU SANTO NACIÓ LA IGLESIA, EL GRUPO DE PERSONAS QUE CREEN EN JESÚS.

SÍMBOLOS: PALOMA, LENGUAS DE FUEGO, VIENTO. LOS SACERDOTES VISTEN DE ROJO, SÍMBOLO DE LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.


Después de resucitar, Jesús se apareció a los apóstoles en varias ocasiones. Les hablo del reino de Dios y les pidió que lo anunciaran por todo el mundo. Pero los apóstoles tenían miedo de las autoridades y permanecieron escondidos. Entoces Dios les envió la fuerza del Espíritu Santo para ayudarlos a realizar su misión. En Hch 2,1-11 se narra como estaban reunidos y recibieron la fuerza del Espíritu. Desde que recibieron la fuerza del Espíritu Santo los apóstoles comenzaron a viajar y a transmitir la buena noticia. Los apóstoles bautizaban a todas las personas que creían en Jesús y, de esta forma, la comunidad de cristianos/as fue aumentando. Esta gran comunidad de personas, que todavía hoy sigue creciendo, es la Iglesia. Dios envia su Espíritu a todos/as los que creen en Él. De esta forma nos da fuerzas para actuar como Jesús y comunicar así su mensaje en todos los momentos de nuestra vida.


LOS REGALOS DEL
ESPÍRITU SANTO.

1.SABIDURÍA, para perfeccionar el amor y la caridad.
2.ENTENDIMIENTO, para los más profundos misterios.
3.CIENCIA, para poder transmitir a los demás.
4.CONSEJO, para ayudarnos a ser prudentes.
5.PIEDAD, para descubrir a Dios como Padre y asi quererle y querer a los hermanos.
6.FORTALEZA, para hacer el bien y tener fuerzas en los momentos difíciles.
7.TEMOR A DIOS, para no perder su amor filial.

la virgen de fatima


La Virgen de Fátima, Nuestra Señora de Fátima o Nossa Senhora de Fátima (en portugués) es una advocación mariana del catolicismo que se venera en la localidad de Fátima, población que pertenece al Distrito de Beja, región del Alentejo y subregión del Baixo Alentejo (Portugal), por aquellos que creen que la Virgen se apareció a los tres partorcillos en Fátima, Portugal, el día 13 de seis meses consecutivos, comenzando el 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima.

El Santuario de Fátima está en la Cova de Iria, una freguesía de Ourém, situada a 11 km de la ciudad de Ourém, a 25 km de Leiria, 120 km de Lisboa, 180 km de Oporto y está aproximadamente a 300 metros encima del nivel del mar, en pleno macizo calcáreo de Extremadura.

los centros de actividades son la Capilla de las Apariciones y la Basílica.


Historia

La veneración de la Virgen de Fátima comienza el 13 de mayo de

1917 cuando tres niños, Lucía dos Santos, Francisco Marto y su hermana Jacinta primos de la anterior, que realizaban labores de pastoreo, afirman ver a la Virgen María cerca del lugar conocido como Cova do Iria (Cueva de Irene, antigua santa local) junto a Fátima.

Los hechos acaecieron desde el 13 de mayo hasta el 13 de octubre del mismo año. Lucía de 10 años y sus primos, Jacinta y Francisco de 9 y 6 años respectivamente, sintieron como el reflejo de luz que se aproximaba y vieron a una Señora vestida de blanco surgir de una pequeña encina. Los niños aseguraron que se trataba de la Virgen, la cual les pidió que regresaran al mismo lugar el día 13 de cada mes. En posteriores regresos los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en el lugar para ser testigos de las apariciones. Supuestamente, con anterioridad a las apariciones marianas se había aparecido un ángel durante la primavera de 1916 en la cueva Loca de Cabeco.

Entre las recomendaciones, según los testimonios de los niños, la Virgen hizo hincapié en la importancia del rezo del rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. La Virgen también pidió la construcción de una capilla en el lugar, capilla que fue el germen del actual santuario.

Se dice que la Virgen María apareció otras cinco veces a lo largo del año 1917. En el tiempo que sucedieron las apariciones, la Virgen, según testimonio de los videntes, realizó varias profecías, recomendaciones y entregó tres mensajes conocidos como Los tres misterios de Fátima.

Se afirma que tres mensajes fueron entregados por la Virgen a Lucía, la mayor del grupo. El primer misterio mostraba una visión del infierno mientras que el segundo hablaba de cómo reconvertir el mundo a la cristiandad. El texto del tercer misterio se mantuvo en secreto por muchos años y sólo fue revelado por el Papa Juan Pablo II, el 26 de junio del 2000.

Interpretaciones de católicos afirman que el segundo misterio pronosticó la re-conversión de Rusia (en esas mismas fechas se realizó la Revolución Rusa que dio lugar al primer estado socialista de la historia) al cristianismo. Y consideran que con la desintegración de la URSS en 1990 la profecía se ha cumplido. También se especula que en el tercer mensaje se hallaba profetizado el atentado contra la vida del papa Juan Pablo II que ocurrió el 13 de mayo de 1981 (aniversario de la primera aparición de Fátima).

Además, según creyentes, la Virgen predijo el final de la Primera Guerra Mundial (la cual terminó al año siguiente) y la muerte prematura de Francisco y Jacinta. Francisco murió el 4 de abril de 1919 y Jacinta el 20 de febrero de 1920, ambos fueron luego beatificados por la Iglesia Católica.


El actual santuario, cuyo nombre completo es Santuario de Nuestra Señora del Rosario de Fátima recibe anualmente cuatro millones de peregrinos y en sus inmediaciones se han establecido más de 50 casas de religiosas femeninas y unas 15 congregaciones masculinas que incluyen un seminario.



Cronología de eventos en Fátima

La cronología de los hechos que han acaecido teniendo como

basé los sucesos de Fátima son los siguientes:

•13 de mayo de 1917, primera aparición de la Virgen a los tres pastorcitos en Fátima.
•13 de octubre de 1917, última aparición de la Virgen a los tres pastorcitos y milagro del sol.
•28 de abril de 1919, se inicia la construcción de la Capilla de las Apariciones.
•13 de octubre de 1921, se permite por primera vez celebrar la Santa Misa.
•13 de octubre de 1930, el obispo de Leiria declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
•13 de mayo de 1931, primera consagración de Portugal al Inmaculado Corazón de María, hecha por el Episcopado Portugués, siguiendo el mensaje de Fátima.
•31 de octubre de 1942, Pío XII, hablando en portugués por la radio, consagra el mundo al Inmaculado Corazón de María, haciendo mención velada de Rusia, según pedido por Nuestra Señora.
•13 de mayo de 1946, la estatua de Nuestra Señora de Fátima ubicada en la capilla es coronada por el Cardenal Marsella, Legado Pontificio. La corona fue ofrecida por las mujeres portuguesas en agradecimiento por haber librado a Portugal de la Segunda Guerra Mundial.
•13 de mayo de 1967, Pablo VI viaja a Fátima en el cincuentenario de la primera aparición para pedir la paz del mundo y la unidad de la Iglesia.
•Roma, 13 de mayo de 1981, 5 horas 19 minutos p.m.
Juan Pablo II, el Papa polaco, el Grande por muchos motivos, estaba subido en el papamóvil y recorría la plaza de San Pedro, saludando y bendiciendo a una multitud de veinte mil personas que le aclamaban. De pronto, cuatro disparos de pistola a quemarropa. Cayó herido. Fue llevado sin perder un segundo al hospital Gemelli, donde llegó en estado gravísimo. El homicida, el turco Alí Agca, fue detenido con las manos en la masa.

los santos




San José, San Luís, Santa María, Santo Domingo, San Martín de Porres, San Pablo, Santa Rosa, San Fernando, San Miguel, San Juan, San Lucas, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola. Nos acostumbramos hablar de éstos como los santos. ¿Lo son en verdad?

¿Cuántos santos habrá?

Al mirar un almanaque me doy cuenta que hay por lo menos 366 santos. Pero realmente no sé cuántos santos hay que han recibido tal título de la Iglesia Católica. Tampoco sé cuántos santos ha nombrado Dios. No obstante, yo sí sé que Dios ha nombrado a más santos que la Iglesia Católica y que su lista no incluye a muchos (como Ignacio de Loyola) que aparecen en la lista católica.

¿Están muertos o vivos?

Aunque la Iglesia Católica no tiene ni un santo vivo, millares de los santos de Dios viven en nuestro planeta. (Posiblemente usted se encontró con uno de ellos hoy mismo.) Además, Dios tiene millones y millones de sus santos que moran con él en el cielo.

¿Cómo son?

La Biblia dice lo siguiente acerca de los santos vivos —los santos de Dios que habitan la tierra: Ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados [hechos santos], ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios (1 Corintios 6.11). Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias (Efesios 5.3–4). Como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir (1 Pedro 1.14–15). Según estos versículos, Cristo ha lavado a los santos de sus pecados y los ha santificado (hecho santos). Ellos se han apartado de la inmoralidad, de la inmundicia, de la avaricia y de la mentira. En cambio, ellos son personas de paz, agradecidas y obedientes a la palabra de Dios. Sus vidas han cambiado. Ahora son santos.

¿Por qué fueron hechos santos?

Consideremos primero los santos de Dios, los verdaderos santos. Estos santos recibieron su santificación y su justificación en el momento en que recibieron a Cristo como su Salvador personal. Su santidad es el resultado de la obra continua del Espíritu Santo en sus vidas. A causa de esto, los santos pueden vivir una vida agradable a Dios y llena de buenas obras. Es de suma importancia recordar que sus obras son el resultado de la santidad de su corazón. Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo (Hebreos 13.20–21).



Por el contrario, los santos de la Iglesia Católica son llamados santos a causa de sus obras. Con sólo ciertas excepciones (como algunos personajes bíblicos), la Iglesia Católica canoniza a esos individuos que vivieron una vida ejemplar o que en alguna manera han avanzado grandemente la causa del catolicismo. Algunas de estas personas mancharon sus manos con sangre inocente —por ejemplo, Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús (los jesuitas). ¿Con qué propósito fundó Loyola este grupo? Para avanzar el catolicismo a toda costa y de cualquier manera. Muchas veces se utiliza la educación con el propósito de llevar a cabo su meta. Pero al principio, Loyola y sus jesuitas usaron la burla, el soborno, el engaño, la tortura y aun la muerte. A ellos y a otros les debemos tiempos infames como la Santa Inquisición. ¿Y ahora nos dicen que Ignacio de Loyola fue un santo?

¿Cómo debemos tratarlos?



Nunca debemos olvidar que ellos, sean católicos o de Dios, son sólo humanos. Nosotros sólo debemos orar a Dios. Y sólo Dios merece nuestra veneración, adoración y reverencia. Los santos de Dios se tratan los unos a los otros de igual manera que tratan a cualquier otra persona —con amor y respeto. En vida o después de la muerte, los santos verdaderos ni buscan ni reciben un tratamiento especial. ¡Y así debe ser! ¿Por qué? Sencillamente porque no son divinos; son humanos. Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre (Hechos 10. 25–26). No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás (Éxodo 20.4–5).

¿Qué pueden hacer?



Muchas personas creen firmemente que los santos pueden traer sanidad y hacer otros milagros. Otras personas piensan que al faltarles a los santos poder para hacer algo, entonces ellos pueden pedirle a Dios un favor por alguien que aún está en la tierra. Lo cierto es que ellos piensan que Dios estará más dispuesto a conceder la petición de tal persona. Amigo mío, ¡eso no es cierto! Analice bien los siguientes versículos bíblicos. Note quién es el que intercede con Dios por nosotros. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros (Romanos 8.34). Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2.5). Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro (Apocalipsis 19.1). ¿Qué pueden hacer los santos? En esta vida ellos no tienen ningún poder especial en sí mismos. Después que ellos mueren no pueden hacer nada por uno. Absolutamente nada. Estimado amigo, ponga su confianza en Cristo.

¿Qué quiere decir “ser santo”?

En la respuesta que aparece a continuación, por favor, note la parte nuestra y la parte de Dios. En la Biblia, algo santo es algo apartado del uso común para un uso sagrado. Una persona santa es separada de todo pecado para servir a Dios en santidad. Entonces nuestra parte incluye la decisión que nos hace separarnos exclusivamente para Dios. Eso quiere decir que ahora es Dios el que nos guía. Ahora él es nuestro Señor. Nosotros vivimos con el propósito de agradar y obedecer a Dios en todo. La parte de Dios es purificarnos y limpiarnos del pecado. Dios nos santifica en el momento en que recibimos a Cristo como nuestro Salvador personal. Y esta santificación continúa mientras permitimos que Cristo sea el Señor de nuestras vidas. Sólo por medio de esta obra de Dios podemos ser santos. Y sólo de esta manera podemos agradar a Dios. Los santos de hoy en día han consagrado y dedicado sus vidas a Dios. No viven para sí; viven para Dios. Ellos se han apartado de lo malo y siguen lo bueno. Y si acaso pecan, entonces ellos se arrepienten pronto y buscan la limpieza que Dios ofrece gratuitamente a todos. El que es santo es íntegro, honrado y justo.

Entonces, ¿quiénes son los santos?

Ellos son hombres y mujeres comunes con un propósito más alto que lo común. Los santos verdaderos buscan agradar a Dios en todas las áreas de sus vidas. Estas personas viven una vida santa ante Dios a causa del poder de Cristo que actúa en sus vidas. Día tras día sus vidas reflejan la justicia, la piedad y la pureza de Dios —y todo esto por medio de la obra redentora y santificadora de la sangre de Cristo. Los santos viven una vida apartada del pecado y consagrada al servicio de Dios. Por supuesto, ellos no viven apartados del mundo corporalmente. El propio Cristo oró: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal” (Juan 17.15). Así que sus metas, sus placeres, su manera de comportarse, sus vidas —todo es para Dios. Dios ha transformado sus vidas. Ahora ellos viven separados del mundo de forma espiritual y moralmente. ¡Son nuevas criaturas! ¡Son cristianos! ¡Son santos! Cristo derramó su sangre y murió para pagar el precio de nuestro rescate. Cualquier persona que recibe a Cristo como su Salvador y su Señor está apartada de lo común y consagrada a lo santo. Ese individuo pertenece sólo a Cristo. Eso quiere decir que no vive para sí, no vive para el mundo, no vive para el pecado, no vive para el diablo. ¡Vive para Dios! De esta manera es una persona apartada. Ahora pertenece a Dios y a la compañía de los santos.

Amigo mío, tal vez usted ha tenido mucha confianza en los santos de la Iglesia Católica. Esa confianza no puede tener un fundamento seguro... porque es un fundamento falso. Ponga su fe y su confianza en Cristo. Recuerde que usted mismo puede ser uno de los verdaderos santos. Someta su vida al señorío de Cristo. Apártese para Dios. Permita que él le cambie y le santifique. Dios está dispuesto a perdonarle sus pecados y limpiarle de toda maldad.

Aquí aparece lo que usted debe hacer:

• Reconozca que la fe y la confianza en los santos no le traerán la salvación ni la paz con Dios.
• Acepte la verdad que usted es un pecador condenado a una eternidad en el infierno.
• Reciba a Cristo como su Señor y Salvador, apartándose exclusivamente para él. Esto incluye el arrepentimiento y la confesión de sus pecados, pidiendo de Dios su perdón divino.
• Únase y sométase a una iglesia bíblica, obedeciendo de forma conciente los mandamientos de Dios dados en el Nuevo Testamento. Haga su compromiso con Dios por medio de la oración. Si acaso no sabe orar, no olvide que orar es simplemente platicar con Dios. Dígale a él lo que siente y lo que desea.

Otra vez, ¿quiénes son los santos?

Son personas como usted que han hecho la decisión de seguir a Cristo. Lea los siguientes versículos y acérquese a Dios de todo corazón: Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3.23). Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos (Hechos 4.12). A todos los que le recibieron [a Cristo], a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1.12). Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo (Hechos 2.38). Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo (Romanos 10.9). Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando (Juan 15.14).

oraciones basicas del catolico


ACTO DE CONTRICCION
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita
y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca mas pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados. Amen

PADRE NUESTRO
Jesús nos enseñó a rezar: (Mateo 6, 5-15)

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
No nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Amen.

ACTO PENITENCIAL
Yo confieso ante Dios Todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mi ante Dios, nuestro Señor. Amén

Credo de los Apóstoles


Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,que fue concebido por obra y gracia
del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,>>
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios,
Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar
a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna. Amén.

DOXOLOGÍA
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

SEÑAL DE LA CRUZ
signo de la redención
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre
y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

LOS MANDAMIENTOS



Los católicos, además de los 10 mandamientos, tenemos que cumplir con los MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA, que son 5.
- Estos mandamientos nos dicen qué es LO MÍNIMO que un católico debe de cumplir para el bien de su alma. En este folleto trataremos de explicarte cada uno de ellos.

LOS MANDAMIENTOS
DE LA IGLESIA

1) OIR MISA ENTERA LOS DOMIN
GOS Y FIESTAS DE GUARDAR:
- El Domingo es el día del Señor porque festeja-mos la resurrección de Jesús.
- Dios dijo a Moisés: Mantendrás santo el día del Señor¨. ¿ Pero cómo?
- Desde el comienzo de la humanidad, el SACRIFICIO ha sido la manera natural de los hombres de dar culto, de adorar a Dios:
Ofrecían granos, frutos, animales y hasta personas. Pero todos estos sacrificios tenían un gran defecto: ninguno era digno de Dios.
Pero Jesús, el hijo de Dios, nos dejó un rega-lo de valor adecuado para Dios: El se ofreció a
si mismo como víctima en la cruz para perdonar-nos nuestros pecados.
Sabías que EN CADA MISA CRISTO VUELVE A REPETIR DE VERDAD SU SACRIFICIO EN LA CRUZ. Como tú y yo no pudimos estar el día de la crucifixión, el asistir a misa es la manera de unirnos con Jesús y ofrecernos nosotros también como ofrenda a Dios para adorarlo.
Entonces ¿ Para qué vamos a misa ?
Para ofrecernos junto con Jesús y adorar a Dios, para darle gracias por todo lo que nos da, para pedirle perdón y para pedirle su ayuda.
- La obligación de ir a misa comienza a los 7 años. Si la misa es nuestra ofrenda a Dios, no puede ser algo incompleto ni defectuoso. Debemos oír misa entera (desde el comienzo), poner atención y no distraernos.
- No ir a misa el domingo (porque no lo siento, porque estoy cansado, porque estoy ocupado, porque me cuesta trabajo...) es pecado mortal.

- Además de los domingos, ¿QUÉ OTROS DIAS DEL AÑO NOS OBLIGA LA MISA?
El 1¨ de Enero, en que festejamos la materni-dad divina de la Virgen.
El Jueves de Corpus Christi, en que festejamos el día de la Eucaristía.
El 12 de Diciembre, día de nuestra patrona y amada Virgen de Guadalupe, Madre de todos los mexicanos.

El 25 de Diciembre, día de la Navidad.


2) CONFESAR LOS PECADOS MOR-TALES, CUANDO MENOS UNA VEZ
AL AÑO, EN PELIGRO DE MUERTE Y SI SE VA A COMULGAR:

Para que un PECADO sea MORTAL, debe cumplir 3 condiciones: que sea grave, que la
persona sepa que ¨eso¨ que va a hacer ¨es pecado¨ y que, a pesar de esto, decida hacerlo.
- Cuando alguien comete un pecado mortal, se le cierran las puertas del cielo y, si se muere así, se va al infierno. Los pecados mortales solo se perdonan con el sacramento de la confesión.
No te de miedo ni vergüenza, Dios te ama muchìsimo y siempre está deseoso de que te acer-ques a pedirle perdón a través del sacerdote.
- Un PECADO VENIAL es una falta pequeña o leve contra los mandamientos de Dios. En este caso cada persona solita puede pedir perdón a Dios. Lo importante es estar realmente arrepentido de haber ofendido a Dios y tener el propósito de enmendarse (no volver a hacerlo).

3) COMULGAR POR PASCUA DE RESURRECCIÓN.
- La Eucaristía o la Comunión es el alimento del alma. así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir y estar fuerte y sano... así nuestra alma necesita comulgar para estar fuerte y sana también. Cristo mismo dijo: ¨El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo le resucitaré el último día ¨.
- Imagínate, ¡ comulgar es recibir en tu alma al mismo Cristo! Si en verdad valoráramos lo grande que es esto, no dejaríamos un solo día
de nuestra vida sin recibir la comunión.
- ¿ Cuáles son las condiciones para poder comulgar ?
- El que tiene algún pecado venial (pequeño), puede él solo pedir sincero perdón a Dios y comulgar sin necesidad de confesarse.
- La Iglesia recomienda recibir la comunión cada vez que vamos a la misa y obliga a hacerlo por lo menos una vez al año después del Domingo de resurrección.
4) AYUNAR CUANDO LO MANDA LA SANTA MADRE IGLESIA:
- Cristo ayunó 40 días en el desierto para ense-ñarnos que es bueno que el hombre luche contra sus instintos, sus pasiones, contra el bienestar de su cuerpo... para aprender a dominar su cuerpo y así su alma crezca.
- Cada hombre puede hacer penitencia o sacrificios cuantas veces al año quiera, sin embargo, la Iglesia pone como obligación:

AYUNAR, es decir hacer una sola comida fuerte al día 2 días al año: el miércoles de ceniza y el viernes santo.
El ayuno obliga desde los 18 hasta los 59 años.

GUARDAR ABSTINENCIA, es decir, no comer carne todos los viernes de cuaresma. El viernes fue escogido para la penitencia porque en viernes murió Jesús.
La abstinencia obliga desde los 14 años y dura toda la vida.
La abstinencia de carne puede sustituirse por otro buen sacrificio que de verdad nos cueste.


5) AYUDAR A LA IGLESIA EN SUS NECESIDADES MATERIALES:
- Todos formamos parte de la Iglesia.
Cristo nos encomendó a todos los miembros de la Iglesia a trabajar a salvar almas.
Es por esto que debemos ayudar a la Iglesia, a los sacerdotes, con nuestras obras, con nuestras oraciones y con nuestros medios econòmicos (dinero) a llevar a cabo su misión de salvar almas.
- Debemos cooperar, cada uno en la medida en que pueda, cuando se recoge la limosna en la misa y tenemos también la obligación de PAGAR EL DIEZMO, que para las personas es un día de sueldo al año y para las empresas un día de utilidades al año.
- Con este dinero ayudamos a que la Iglesia pueda sostenerse y hacer muchas obras buenas.
Recuerda, ayudar a los demás y salvar almas, es cosa de todos, no nada más de los sacerdotes.

Los Mandamientos



- Los mandamiento son LAS REGLAS QUE HA PUESTO DIOS A LOS HOMBRES PARA PODER ENTRAR AL CIELO. Jesús mismo nos dice en el Evangelio: ¨Si quieres entrar en la vida eterna, cumple los mandamientos¨ .


- Muchos, muchos años atrás, un gran hombre llamado MOISÉS, que era el ¨patriarca¨, o sea como el jefe o guía del pueblo israelita, fue llamado por Dios al Monte Sinaì y ahì Dios le entregó ¨el decálogo¨, es decir los 10 mandamientos. Moisés luego los entregó a todo el pueblo. Ahora trataremos de explicarte un poco cada mandamiento :

1) AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.

- Esto quiere decir que Dios debe ser lo màs importante en tu vida. Hay que amarlo, respetarlo, vivir cerca de El con la oraciòn y sobre todo ¨cumplir su voluntad¨ en tu vida, o sea hacer lo que El te pida.


- Cristo es quien vino a enseñarnos con su vida, el modo en que debemos actuar para amar a Dios.


- ¿ Qué significa sobre todas las cosas ? Que debes cumplir lo que a Dios le gusta MÁS QUE cumplir lo que a ti te gusta; que no te importe el trabajo que te cueste, lo que tengas que dejar, lo que la gente diga; que solo te importe hacer lo que Dios quiere .

2) NO JURARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.



- Este mandamiento manda respetar el NOMBRE DE DIOS y respetar tambièn todas las COSAS SAGRADAS (como por ejemplo la Iglesia y lo que hay y lo que hay en ella, los sacerdotes...).


- No es correcto decir ¨te lo juro por Diosito Santo que...¨ por cualquier tonterìa. Las promesas en nombre de Dios son cosa muy seria.


- Jurar en falso serìa tomar a Dios por testigo de algo que no tienes intenciòn de cumplir o que después de prometerlo te hechas para atràs.

3) SANTIFICARÁS LAS FIESTAS


- Esto significa que debes dedicar a Dios el dìa DOMINGO y los dìas de fiesta de la Iglesia.


- En estos dìas todos los catòlicos debemos de ir a MISA , a no ser que no podamos por alguna razòn seria, como serìa una enfermedad grave, una emergencia...


- Los domingos y dìas de fiesta, es obligatorio el ¨descanso¨.


- ¿ Ademàs de los domingos , ¿En què otros dìas del año nos obliga la misa?.
a) El 1o. de enero, en que festejamos la maternidad divina de la Virgen.
b) El Jueves de Corpus Christi, en que festejamos el dìa de la Eucaristìa.
c) El 12 de diciembre, dìa de nuestra patrona y amada Virgen de Guadalupe, madre de todos los mexicanos.
d) El 25 de diciembre , dìa de Navidad.



4) HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE



- Esto quiere decir que debes AMAR a tus padres, porque Dios te los ha dado, y SER AGRADECIDO con ellos porque les debes la vida y la educaciòn.


- A los padres les debes siempre un gran RESPETO, aunque ya no dependas de ellos.


- Es también tu obligación ayudar a tus padres con lo material y con tu apoyo y compañía en los años de vejez o en la enfermedad.
¡ Cómo no vas a ocuparte de quienes han dado su vida por ti !


5) NO MATARÁS



- Nadie tiene derecho, por ningún motivo, a quitar la vida a otro. Sòlo Dios es quien da y quita la vida.


- Es pecado mortal el ABORTAR , que no es màs que MATAR a tu propio hijo, a una criatura que ni siquiera puede defenderse y que, por pequeñito que sea, ya tiene un ¨alma¨ y ya es hijo de Dios.


- Es tambièn pecado contra este mandamiento, el suicidarse.


- Este mandamiento pide :
a) respetar tu propia vida y salud; por esto no debes beber alcohol en exceso y està totalmente prohibido contaminarte con drogas.
b) respetar la vida de los demàs; por lo que prohíbe la guerra, la tortura, el terrorismo, el secuestro y cualquier acto que atente contra vida de las personas.

6) NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS


- Este mandamiento incluye varias cosas, y hay que ser muy claros:
a) Los hombres debemos aprender a dominar nuestras pasiones, debemos respetar nuestra sexualidad. Esto significa la CASTIDAD.
b) Las principales ofensas a la castidad son: la lujuria, la masturbación, la fornicación y la pornografía, la prostitución, la violación y las prácticas homosexuales.
c) Ya casados, nuestro amor debe ser fiel y durar hasta el dìa de la muerte.
d) Son pecados mortales también :
- El adulterio, o sea tener relaciones con otra persona que no sea nuestro esposo o esposa.
- El tener más de un esposo o esposa.
- El abusar sexualmente de cualquier persona y peor de nuestros hijos.
- El vivir y tener relaciones sexuales con alguien antes de casarse por la Iglesia.
- El divorciarse y volverse a casar con otro.

7) NO ROBARÁS


Este mandamiento manda :
- Que nadie debe tomar lo que no es suyo, aunque se le antoje mucho, aunque el otro no se vaya a dar cuenta de que algo le falta.

- Ser ¨justos¨ y caritativos en el uso de los bienes que Dios le ha dado a cada quien.
- Que respetemos y cuidemos todo lo que Dios ha creado como la naturaleza, los animales...
- Que los que debemos hacerlo paguemos nuestros impuestos.
- No dañar voluntariamente los bienes de otras personas.
- Cumplir muy bien con nuestro trabajo o empleo
- Pagar salarios justos

8) NO MENTIRÁS

- Esto quiere decir que debemos decir siempre la verdad a los demàs. Mentir es decir algo falso, es engañar. La mentira nos hace sentir culpables y nos mete en muchos enredos.
- Tampoco està bien enjuiciar o hablar mal de otros.
- Si alguien miente, debe reparar su mentira, o sea confesar la verdad.

9) NO CONSENTIRÁS PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS


- Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Si un pensamiento asì llega a tu mente, debes desecharlo de inmediato.


- Para no caer en esta falta es importante no andar viendo películas o revistas sucias, no andar de mirón y vestir con decencia.

10) NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS


- ¿ Què significa este ùltimo mandamiento ?
Significa que no debes desear tener lo que otros tienen, no ser envidioso. Dios ha dado a cada hombre lo que El ha querido y a cada uno le pedirà cuenta del uso que de esos bienes haya hecho durante su vida.
Significa tambièn que està mal desear desordenadamente la riqueza y el poder.

CONCLUSIÓN :

- Todos estos mandamientos Cristo los resumiò en dos :
¨AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO
TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS Y AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO¨ .


Recuerda por ùltimo que Dios te ama muchìsimo y que por grandes que sean tus pecados siempre te perdona si te arrepientes y te confiesas. ¡Siempre te da la oportunidad de comenzar de nuevo!






EL CREDO


El Credo, la oración que contiene los principales artículos de la fe enseñada por los apóstoles

Creer en algo que se ve, que se palpa, es algo fácil, pero en algo que no es así en el mundo normal parece difícil, tampoco pensar en algo que a la vista del hombre no es visible, en el mundo natural no parece posible, menos poder comprender como es y que es, aún más, muchos niegan aceptar leves sospechas, o una mínima opinión, o alguna consideración de algo como probable o posible, si sus ojos no ven directamente y sus manos no lo palpan.

El decir creo o ya lo creo lo utilizamos para cosas evidentes, ¿pero como es que decimos creo en las verdades de mi fe, las verdades reveladas por Dios y las propuesta por la Iglesia?

"CREDO-CREO-CREEMOS"

El Credo en la Santa Misa

Cada domingo, recitamos en la Santa Misa después de haber oído el Santo Evangelio el Credo. El sentido de recitar el Credo es tras escuchar la Palabra de Dios, y la explicación de esta Palabra por el sacerdote, como respuesta a esta Palabra, hacemos una declaración de nuestra fe. Esto es porque la fe nace de la escucha de la Palabra de Dios, es nuestra respuesta personal a esta Palabra, la “obediencia de la fe”, como la llama san Pablo. Solamente una persona que ha escuchado a Jesús puede después creer en Él.

El Credo, llamado también “Símbolo de la fe”, no nació en la liturgia eucarística, sino en la liturgia bautismal. Cuando una persona quería ser bautizada antes debía recitar el Credo, es decir, hacer una declaración pública de su fe. Sólo en el siglo V se introdujo en la liturgia eucarística, en el Oriente cristiano, de lengua griega. El primer lugar del Occidente cristiano donde se recitó el Credo en la Misa fue en España, por mandato del rey Recaredo (siglo VI). De ahí pasó a las demás liturgias occidentales, hasta implantarse en Roma, en el año 1014.

Los dos “Credos” más conocidos son el apostólico usado en Roma ya en el siglo III, y el niceno-constantinopolitano, que recoge la fe de los Concilios de Nicea (año 325) y Constantinopla (año 381) Hasta 1983 sólo se podía usar en la Misa el Credo niceno-constantinopolitano a partir de ese año coexisten los dos.


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La Oración que tiene toda nuestra fe

El Credo, no es solo una oración más de la Santa Misa, es una oración de nuestra vida diaria, aunque no la recitemos, atesorémosla en el corazón, y cuando debamos recitarla digámosla con fuerza, que salga de nuestro corazón.

También resulta extremadamente interesante recitarla mostrando una gran convicción, sobretodo cuando estamos en una celebración en la cual participan hermanos que no practican la fe, especialmente si para ellos el ir al templo es solo para ocasiones o eventos especiales como el asistir a un servicio religioso tales como, funerales, bautismos o bodas. En efecto para alguien que no es devoto, el oír el credo, le invita a la reflexión.

Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es también entrar en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos.


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EL CREDO

Credo de los Apóstoles

El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, también conocido como el credo corto, es llamado de los apóstoles por que es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo,

Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,

nació de Santa María Virgen;

Padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó de entre los muertos,

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios,

Padre todopoderoso.

Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo,

la santa Iglesia católica, la comunión de los santos,

el perdón de los pecados,

la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

Hablemos del CREDO frase a frase

"Creo en Dios, Padre todopoderoso,

Manifestamos, tenemos la convicción, ponemos nuestra fe, Dios existe, no tenemos dudas, no necesitamos pruebas

Creador del cielo y de la tierra."

Dios es el principio de todo; y el fin de todas las cosas, son para él y su mayor gloria por lo que es Dueño y Señor de todas las cosas, Infinitamente sabio, conoce y sabe todo es Omnisciente, Dios lo puede todo es Omnipotente

"Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor..."

Jesús: Significa "Dios salva". Cristo: "Mesías” Hijo de Dios, filiación intima con Dios, Señor: Es el nombre con el cual Dios se reveló a Moisés

“...que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen..."

Esta parte es muy importante El Espíritu Santo hizo la obra porque es bondad y amor. En el momento de la concepción ya existía antes sólo como Dios, en la concepción Jesús es engendrado, no creado, para ser también humano y estamos además ratificando que la madre es la Santísima Virgen María y no ponemos en duda fue siempre virgen (antes, durante y después del parto).

"...padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado..."

Esto es que Cristo no redimió y entonces tuvo que sufrir mucho, y lo hizo por amor, y esto no podemos ignorarlo, esto es tener plena conciencia del sufrimiento de Jesús, de cada uno de sus azotes, de cada una sus caídas camino al calvario, de haber sido clavado y roto sus huesos, y de haber muerto en la cruz, todo esto durante el gobierno de Pilatos.

"...descendió a los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos..."

No se refiere al infierno sino al limbo de los justos, este era el lugar a donde, hasta nuestra redención, iban las almas de los que morían en gracia de Dios.

"...subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso."

Subió a los cielos en la ascensión y esta a la derecha porque tiene la misma gloria., además Jesús como naturaleza humana esta en el cielo y en la eucaristía, y con naturaleza divina en todas partes, porque es Dios

"Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y muertos."

En esta parte, tenemos conciencia que el Juicio es inmediatamente después de la muerte, importante advertencia, porque se nos va a juzgar según nuestras obras. El sentido de los vivos y muertos, es decir los buenos y los malos.

"Creo en el Espíritu Santo,..."

Estamos concientes que los dones no dependen del hombre, aunque éste debe pedirlos y una vez recibidos usarlos, entonces los dones dependen del espíritu Santo que los infunde en nosotros para aumentar nuestras virtudes.

"... la Santa Iglesia Catolica,..."

Creo en la Iglesia Católica , santa porque fue fundada por Cristo y es la iglesia verdadera

..la comunión de los santos,..."

Estamos todos unidos y debemos rezar por todos y por nosotros, en la tierra, en el purgatorio o en el cielo, y aquí nos acordamos de los ya partieron y rezamos por ellos, para que intercedan por nosotros ante Dios

"...el perdón de los pecados,..."

No somos perfectos, algo malo habremos hecho, pero lo que importa es si estamos realmente arrepentidos y nos acercamos a Dios para servirle en adelante todo nos perdonará porque su misericordia es infinita.

"... la resurrección de la carne y la vida eterna."

Cristo vendrá a juzgar a los vivos y muertos y quienes merecieron el cielo, y el purgatorio ya que este es un paso previo para purificar al alma, resucitaran y tendrán un cuerpo glorioso como el de Jesucristo luego de su resurrección.


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Credo de Nicea-Constantinopla

El Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser más explícito. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos, como su nombre lo indica respectivamente Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla año 381. Sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.

Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a, vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo-en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

El Credo de San Atanasio

También se conoce por sus primeras palabras de la versión latina: "Quicumque".

Se le llama de San Atanasio no porque el lo escribiera sino porque recoge sus expresiones e ideas. Algunos piensan que fue escrito por San Ambrosio.

Texto del Credo Atanasiano:

"Todo el que quiera salvarse, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; el que no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre.

Ahora bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la unidad; sin confundir las personas ni separar las sustancias. Porque una es la persona del Padre y el Hijo y otra (también) la del Espíritu Santo; pero el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Cual el Padre, tal el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; increado el Padre, increado el Hijo, increado (también) el Espíritu Santo; inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso (también) el Espíritu Santo; eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno, como no son tres increados ni tres inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo no son tres omnipotentes, sino un solo omnipotente. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios; Así, Señores el Padre, Señor es el Hijo, Señor (también) el Espíritu Santo; y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor; porque así como por la cristiana verdad somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión católica nos prohíbe decir tres dioses y señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo fue por solo el Padre, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, sino que procede.

Hay, consiguientemente, un solo Padre, no tres padres; un solo Hijo, no tres hijos; un solo Espíritu Santo, no tres espíritus santos; y en esta Trinidad, nada es antes ni después, nada mayor o menor, sino que las tres personas son entre sí coeternas y coiguales, de suerte que, como antes se ha dicho, en todo hay que venerar lo mismo la unidad de la Trinidad que la Trinidad en la unidad. El que quiera , pues, salvarse, así ha sentir de la Trinidad.

Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo. Es, pues, la fe recta que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesucristo, hijo de Dios, es Dios y hombre. Es Dios engendrado de la sustancia del Padre antes de los siglos, y es hombre nacido de la madre en el siglo: perfecto Dios, perfecto hombre, subsistente de alma racional y de carne humana; igual al Padre según la divinidad, menor que el Padre según la humanidad. Mas aun cuando sea Dios y hombre, no son dos, sino un solo Cristo, y uno solo no por la conversión de la divinidad en la carne, sino por la asunción de la humanidad en Dios; uno absolutamente, no por confusión de la sustancia, sino por la unidad de la persona. Porque a la manera que el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y el hombre son un solo Cristo. El cual padeció por nuestra salvación, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, está sentado al adiestra de Dios Padre omnipotente, desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos, y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y dar cuenta de sus propios actos, y los que obraron bien, irán a la vida eterna; los que mal, al fuego eterno.

Esta es la fe católica y el que no la creyere fiel y firmemente no podrá salvarse."


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CATECISMO CATOLICO

Creo" o "Creemos".

Cuando profesamos nuestra fe, comenzamos diciendo: "Creo" o "Creemos". Antes de exponer la fe de la Iglesia tal como es confesada en el Credo, celebrada en la Liturgia, vivida en la práctica de los Mandamientos y en la oración, nos preguntamos qué significa "creer". La fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida. Por ello consideramos primeramente esta búsqueda del hombre (capítulo primero), a continuación la Revelación divina, por la cual Dios viene al encuentro del hombre (capítulo segundo). y finalmente la respuesta de la fe (capítulo tercero).

LA PROFESION DE LA FE CRISTIANA

LOS SIMBOLOS DE LA FE

185 Quien dice "Yo creo", dice "Yo me adhiero a lo que nosotros creemos". La comunión en la fe necesita un lenguaje común de la fe, normativo para todos y que nos una en la misma confesión de fe.

186 Desde su origen, la Iglesia apostólica expresó y transmitió su propia fe en fórmulas breves y normativas para todos (cf. Rom 10,9; 1 Cor 15,3–5; etc.). Pero muy pronto, la Iglesia quiso también recoger lo esencial de su fe en resúmenes orgánicos y articulados destinados obre todo a los candidatos al bautismo:

Esta síntesis de la fe no ha sido hecha según las opiniones humanas, sino que de toda la Escritura ha sido recogido lo que hay en ella de más importante, para dar en su integridad la única enseñanza de la fe. Y como el grano de mostaza contiene en un grano muy pequeño gran número de ramas, de igual modo este resumen de la fe encierra en pocas palabras todo el conocimiento de la verdadera piedad contenida en el Antiguo y el Nuevo Testamento (S. Cirilo de Jerusalén, catech. ill. 5,12).

187 Se llama a estas síntesis de la fe "profesiones de fe" porque resumen la fe que profesan los cristianos. Se les llama "Credo" por razón de que en ellas la primera palabra es normalmente : "Creo". Se les denomina igualmente "símbolos de la fe".

188 La palabra griego "symbolon" significaba la mitad de un objeto partido (por ejemplo, un sello) que se presentaban como una señal para darse a conocer. Las partes rotas se ponían juntas para verificar la identidad del portador. El "símbolo de la fe" es, pues, un signo de identificación y de comunión entre los creyentes. "Symbolon" significa también recopilación, colección o sumario. El "símbolo de la fe" es la recopilación de las principales verdades de la fe. De ahí el hecho de que sirva de punto de referencia primero y fundamental de la catequesis.

189 La primera "profesión de fe" se hace en el Bautismo. El "símbolo de la fe" es ante todo el símbolo bautismal. Puesto que el Bautismo es dado "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mt 28,19), las verdades de fe profesadas en el Bautismo son articuladas según su referencia a las tres personas de la Santísima Trinidad.

190 El Símbolo se divide, por tanto, en tres partes: "primero habla de la primera Persona divina y de la obra admirable de la creación; a continuación, de la segunda Persona divina y del Misterio de la Redención de los hombres; finalmente, de la tercera Persona divina, fuente y principio de nuestra santificación" (Catech. R. 1,1,3). Son "los tres capítulos de nuestro sello (bautismal)" (S. Ireneo, dem. 100).

191 "Estas tres partes son distintas aunque están ligadas entre sí. Según una comparación empleada con frecuencia por los Padres, las llamamos artículos. De igual modo, en efecto, que en nuestros miembros hay ciertas articulaciones que los distinguen y los separan, así también, en esta profesión de fe, se ha dado con propiedad y razón el nombre de artículos a las verdades que debemos creer en particular y de una manera distinta" (Catch.R. 1,1,4). Según una antigua tradición, atestiguada ya por S. Ambrosio, se acostumbra a enumerar doce artículos del Credo, simbolizando con el número de los doce apóstoles el conjunto de la fe apostólica (cf.symb. 8).

192 A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, han sido numerosas las profesiones o símbolos de la fe: los símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas (cf. DS 1–64), el Símbolo "Quicumque", llamado de S. Atanasio (cf. DS 75–76), las profesiones de fe de ciertos Concilios (Toledo: DS 525–541; Letrán: DS 800–802; Lyon: DS 851–861; Trento: DS 1862–1870) o de ciertos Papas, como la "fides Damasi" (cf. DS 71–72) o el "Credo del Pueblo de Dios" (SPF) de Pablo VI (1968).

193 Ninguno de los símbolos de las diferentes etapas de la vida de la Iglesia puede ser considerado como superado e inútil. Nos ayudan a captar y profundizar hoy la fe de siempre a través de los diversos resúmenes que de ella se han hecho.

Entre todos los símbolos de la fe, dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia:

194 El Símbolo de los Apóstoles, llamado así porque es considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la Iglesia de Roma. Su gran autoridad le viene de este hecho: "Es el símbolo que guarda la Iglesia romana, la que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó la doctrina común" (S. Ambrosio, symb. 7).

195 El Símbolo llamado de Nicea–Constantinopla debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos (325 y 381). Sigue siendo todavía hoy el símbolo común a todas las grandes Iglesias de Oriente y Occidente.

196 Nuestra exposición de la fe seguirá el Símbolo de los Apóstoles, que constituye, por así decirlo, "el más antiguo catecismo romano". No obstante, la exposición será completada con referencias constantes al Símbolo de Nicea–Constantinopla, que con frecuencia es más explícito y más detallado.

197 Como en el día de nuestro Bautismo, cuando toda nuestra vida fue confiada "a la regla de doctrina" (Rom 6,17), acogemos el Símbolo de esta fe nuestra que da la vida. Recitar con fe el Credo es entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, es entrar también en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos:

Este Símbolo es el sello espiritual, es la meditación de nuestro corazón y el guardián siempre presente, es, con toda certeza, el tesoro de nuestra alma (S. Ambrosio, symb. 1).